martes, 9 de diciembre de 2014

Lo único que tengo es voluntad


Hoy día me decidí por fin a escribir, y es que ante el hecho de probar mi voluntad, sometí a mi cuerpo a una cantidad de 100 vueltas de cuerda, causa, simplemente quería saber si realmente podía alcanzar lo que me propusiera, que tan fuerte es mi voluntad. No he de negar que supuse que seria sencillo, pero la realidad fue otra, ante tanto intento, deshidratación, con el sol quemando, los tobillos adoloridos, los brazos adormecidos y tras casi 2 horas sin parar incesantemente en alcanzar mi meta, pude decir lo logre en un susurro, ni la voz me daba para gritar. 
Tuve miedo, al llegar a casa, lloré, sofocantemente, mis lágrimas se unieron al sudor que se deslizaba por mi rostro; gran parte de mí, creía que no lo lograría, sin embargo esa pequeña parte que aún insistía en seguir, fue más fuerte que todo, que mi cansancio, que el tiempo, que el murmullo y burla de la gente que me observaba, sin duda algo tan pequeño me mantuvo en pie y me dio la fuerza suficiente para lograrlo.
Cual es mi punto con este pequeño relato, solo escribirles para que recuerden que lo único que tenemos es nuestra voluntad, solo ella marca la diferencia en quien podemos ser, y quien en nunca seremos. Inquebrantable, ahora sé que la mía no se amilana fácilmente, y seguiré probando que tan fuerte es, y claro la vida se encargará de ello. 

Así que si tengo la voluntad para lograr lo que me proponga, seguiré por aquí, escribiendo...


Buena suerte...