viernes, 9 de enero de 2015

Me gustas...


Con esas dos palabras aceleras el corazón a alguien,  juntas desencadenan emociones distintas. Me gustas, lo dije, porque así lo sentía, y me preguntó ¿porque?... Porque, no lo sabía hasta ese momento, y que era, quizá su físico, esos ojos grandes marrones y profundos, o esas pestañas inmensas que en cada parpadeo despliega ternura; su voz, probablemente lo segura y apacible que es; su sonrisa, eso es, junto a su hoyuelo inexistente. Quizá no es su físico, y no superficial, su esencia, ese conjunto de caracteres, que me atraen a estar a su lado, Porque de eso siempre segura estaba, quería estar a su lado, y es que sonrío, incapaz de desdibujarme la sonrisa, sonrío con él o por él; su tranquilidad, y como se pierde en sus pensamientos, en algo piensa y se que no es en mi; pero a pesar de ello esta atento, se asegura de que ningún daño sufra, es amable, es probable; porque él respira en música, y provoca que deslumbrada lo siga,  soy su fiel espectadora, porque mis ojos no se desprenden de él, sus gestos me embelesan, y caigo, sin tocar el suelo, sin escuchar nada mas que un unisono... él, todo en él es sonido, y yo solo lo escucho, no soy sorda, y soy consciente de todo ello, y lo que provoca en mí, pero solo me gusta, se lo dije, y no espero nada, lo que yo siento es solo mio, y no debe afectarle. Mi me gusta, no aceleró su corazón, pero si tuvo emociones encontradas, sin embargo, eso no cambia nada, yo solo estoy a su lado, y así quiero estar, hasta que él decida que ya no.

Dulces sueños...



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